1 de octubre de 2017

Nos engañan como a taiwaneses... digooo... como a chinos

Me preguntaba el otro día un amigo qué opinaba sobre Cataluña. Como buen amante de los calçots, le dije "Qué de Cataluña?" y me contestó "Todo esto".

Y creo que con eso todo quedó definido. Todo esto, como si juntar churras con merinas ayudase a aclarar las cosas. De todo lo que está pasando en Cataluña sólo hay una lectura sensata: dos posturas/estructuras mirando únicamente por sus propios intereses. Y por intereses, que no se entienda el bien común de los pueblos que representan, sino taparse sus verguenzas, sus 3% y sus corruptelas, sus pufos de las autopistas y sus incendios de pura coincidencia y casos aislados. 

Todo lo demás, se podrá enfocar desde mil puntos de vista, pero la verdad, la verdadverdaderadelabuena,  de la que es verdad  porque te lo digo yo, se ha resumido estos días perfectamente en muchas viñetas en las que quedaba patente que todo esto es una cortina de humo y que ambos lados simplemente buscan el rédito político. Como dijo Évole en su día, cuando los informadores hacen humor, a los humoristas no les queda otra que informar.

Pero ya que me sacas el tema, voy a poner mi granito de arena personal. A estas alturas de partido, en pleno s. XXI tiene que ser una coña que alguien diga y se crea de verdad eso de salir de España para entrar en la Unión Europea. Qué hará Cataluña cuando el Valle de Arán se quiera independizar? Un poco de seriedad, señores.

Ojo, que me parece fenomenal que alguien esté descontento con sus condiciones y quiera cambiarlas. De hecho ya lo hicieron con el estatut hasta que vino el PP a llamar a papá constitucional a decir lo que era o no era una nación, faltaría más. A ver si no va a saber un papel que se lo metieron por el gaznate a España con una pistola en la cabeza no va a entender de democracia, con la cantidad de veces que se ha reformado preguntando al pueblo... oh wait.



Desde el punto de vista más etéreo, filosófico, hay dos posturas. Las más "catalanistas" definen el problema como un matrimonio. Visto así, está claro que sí el marido España te maltrata (que no es subjetivo ni ná el termino en este contexto), qué menos que llamar al 016 y que los vecinos se pongan de tu parte. Los "españolistas" por su parte, lo ven como una comunidad de vecinos en la cual el vecino del 4o no puede coger y hacer lo que le salga de las pelotas de repente. Hay unas normas vigentes, y dentro de esas normas hay herramientas para cambiarlas. Úsalas en lugar de tomar atajos que no van a ningún lado.

El problema es que como casi todo en esta vida, no hay nada blanco o negro, y todo es un poco más gris. Quizás todo debería empezar con el sentimiento de pertenencia. A esa manía del ser humano de apropiarse de aquello donde pace, como si un árbol de 400 años tuviese que pertenecer a alguien porque el verano pasado se construyó una casita justo al lado.Estamos de paso y mientras sigamos sin entenderlo, seguiremos discutiendo por cosas que no tienen sentido.

Y para cerrar. toquemos el tema que la gente considera más polémico cuando en realidad es el más simple. El concepto de patria, o de nación. Ese concepto solo tiene sentido cuando se enfrenta a algo. A un invasor, a un enemigo extranjero. Quién ha invadido qué? Ese fanatismo cala en aquellos que no tienen nada con lo que llenarse el espíritu, y los que mandan lo saben.

El concepto de algo más grande, llámese como quiera llamarse, hay que trabajarlo y regarlo a diario para que dé sus frutos, y no se consigue ni gritando "a por ellos" a los coches de la GC (cuando supuestamente ellos son nosotros y por eso no pueden decidir irse), ni apedreando esos mismos coches al llegar. Se trabaja con el diálogo y la convivencia.

Y ahora por favor, antes de preguntarme qué pienso de Cataluña, dime qué pensarías tú si en Dinamarca movilizaran a 10.000 policías gastándose 20 millones de euros para que un pueblo de la costa de 600 habitantes no hiciese un referendum ilegal para independizarse. Lo de Puigdemont y las plebiscitarias fue una cerilla sin peligro. Pero cuando el bombero tiene una manguera con agua y otra con gasolina y para apagarla usa la segunda, pasa lo que pasa. Nos gobiernan pirómanos. Y los seguimos votando.

Pues eso.






10 de marzo de 2017

rent-a-language

Casi 5 meses sin escribir. Y lo agusto que he estado? Nah, no negaré que tenía el gusanillo aunque lo cierto es que no tenía ni temas calientes ni tiempo para escribir.

Peeeero estuve hace un par de semanas de viaje en el extranjero, y me vino a la mente un pensamiento que tuve curiosamente cuando volví a Alemania un año después de marcharme. Es curioso porque durante el año en el que estuve viviendo allá, no reparé en ello. Y mira que otra cosa no, pero tiempo para pensar...

El caso es que hablar varios idiomas es una ventaja, eso está claro. Hablar en el mismo idioma que tu interlocutor facilita siempre el buen entendimiento. Si lo que buscas es un objetivo común.

He sufrido una transformación laboral en los últimos años que evidentemente me ha afectado en lo personal. Llevo muchos años trabajando, pero en mis inicios lo hacía desde un punto de vista de ingeniero, de solucionar problemas, de conseguir objetivos. Incluso cuando estuve en ventas, tratabamos de conseguir un beneficio para ambas partes, no vender a cualquier precio.

Lo que he descubierto en esta nueva etapa de gestión/negocio en la que estoy ahora, para mi tristeza, es que el mundo "de los mayores" se rige bajo otras normas. Porque en un mismo proyecto, los objetivos muchas veces no confluyen o pueden llegar a ser opuestos. Jamás antes en mi vida habría imaginado que a alguien le podría interesar no llegar a tiempo a un proyecto (y no solo inter-empresas, sino intraempresa).

Y eso te cambia, qué remedio. Así que cuando ahora voy a una reunión con gente de otros países, en lugar de intentar adaptarme a su lengua materna, me callo como una perra para ver si capto conversaciones que ellos creen privadas (algún día hablaré del concepto de inmunidad lingüistica), o les obligo a hablar un mal inglés para que no se sientan cómodos.

Y es que la manera de comportarse cambia según el idioma. No sólo según el idioma en sí, que también, si no según si es tu lengua materna, una aprendida, si te sientes cómodo hablando en ella, etc. Los primeros meses en los que viví en Alemania, pasé de ser una persona muy extrovertida a ser justo lo opuesto. Mi manera de relacionarme se basaba en tener conversaciones fluidas, ácidas, con respuestas rápidas. Y hablar en un idioma que apenas conocía no me permitia ser así. Cuando ya cogí algo de fluidez la gente se sorprendía por el cambio. Me resultó muy muy curioso.

Y a lo que iba, es que me vino a la cabeza una analogía automovilística: con nuestra lengua materna conducimos como si fuese nuestro coche por una carretera conocida, confiados. Con una lengua extranjera sin embargo es como un coche de alquiler. Vamos "de prestado" conduciendo con cuidado porque no estamos acostumbrados.

Y de la misma manera que somos cuidadosos con el lenguaje, somos cuidadosos en la manera de comportarnos con los demás. Por eso es tan importante poder decidir que coche quieres coger por la mañana.

Quizás es a eso a lo que se referían nuestros padres cuando nos instaban a aprender idiomas: no sólo a abrir puertas, sino a aprender que no nos las cerraran.