17 de mayo de 2020

Poetas anónimos

Acabo de mirar y no escribía en el blog hace casi 8 meses, cómo pasa el tiempo. Pero lo cierto es que  no he dejado de lado la escritura, sino que una serie de acontecimientos me ha hecho canalizar mis mierdas de manera distinta.


Si no conocéis el Slam, bienvenidos a mi vida a finales de verano. Tras una desastrosa puesta en escena en un micro abierto, descubrí aterrorizado que por primera vez en mi vida tenía miedo escénico. No hablo de los nervios, esos nunca se van del todo, sino de verme superado por la situación. Quizás para vosotros es algo habitual, pero para mi no había sido nunca un problema. De hecho, contaba entre mis virtudes el hablar en público. Reflexionando a posteriori, me di cuenta que prácticamente nunca había leído mis textos. No tengo problema en compartirlos, este blog es la prueba, pero no acostumbro a recitarlos. Y no me había parado a pensarlo, pero no es lo mismo recitar un texto escrito por otro, que uno propio.

Así que a las pocas semanas me llegó la información de que se iba a hacer otro certamen, pero que no era poesía al uso. Era un concurso de slam. Ein? Tuve que informarme un poco para ver que básicamente es un formato de poesía en 3 minutos. Así que decidí coger el toro por los cuernos y me planté allí, a recitar un texto frankestein tomando fragmentos de un poema que escribí con 16 años. El resultado fue este:


El texto bastante flojito, pero lo peor es que no sé ni cuantas veces me trabé. Por supuesto no pasé de ronda, pero al menos no me vi tan mal como en el micro abierto. También aprendí que en este formato no era tan necesario hacer una rima constante. Es mejor, en mi opinión claro está, un texto más cercano, más llano, pero con ritmo y que suene redondo. Así que en cuanto se anunció la segunda edicion, volvimos a las andadas. Esta vez tuve tiempo y la fortuna de hilbanar un par de textos bastante más decentes.


Como veis, este poema que da título al post estuvo un poquito más a la altura del evento y conseguí pasar de ronda. Sobre todo estoy orgulloso porque me lo conseguí aprender y recitarlo de memoria, y fue la primera vez que volví a disfrutar encima de un escenario.

El segundo texto os sonará, porque es un post que escribí hace tiempo:


Y todo encajó. Porque volvió a haber una comunión entre mi yo payaso, sin miedo a contar encima de unas tablas lo que sea, con el trocito de alma que a veces escapa a mi control y usa la escritura como válvula de escape.

Así que os imaginaréis qué hice cuando se anunció la tercera edición:


Este texto me encanta porque lo disfruté escribiendo, lo disfruté ensayando y lo disfruté recitando. Es de esas contadas veces en las que todo encaja. Y desde entonces con cada texto que escribo trato de que me genere esa sensación. 

Y cierro con el que ha sido (de momento) el último que he recitado en público. Éste me gusta por la idea que transmite, que es la de este otro post del blog, y por el girito añadido. Aunque lo terminé de pulir el día anterior y no lo recité tan bien como me hubiese gustado:


Creo que ya os hacéis una idea de lo que es el slam, que me ha tenido bastante entretenido estos meses la verdad. Si os mola podéis echar un vistazo al canal de youtube en el que están todos los participantes de los eventos de Pamplona, pero también hay colgados otros eventos a nivel nacional.

Y suficiente audiovisual y autobombo por hoy. Espero que no tarde otros 8 meses en escribir el siguiente post, pero ya sabéis que voy a mi ritmo. Un saludo y un consejo: decidlo por escrito, por teléfono, en persona... pero decid siempre lo que sintáis que tenéis que decir. Que no os queme dentro.