20 de mayo de 2016

Faraones, fanáticos y otras farándulas

Hoy hace justo una semana que llegaba a casa después de coger (entre otros) un El Cairo - Londres. Llegué igual que acabo de llegar hoy, pero bien podía haber no llegado. Todos los que nos montamos en aviones en ese viaje sabiamos lo que había.

El problema es que a veces olvidamos que eso es lo que hay siempre, a diario en nuestra vida cotidiana. Un conocido me comentaba hoy que "vaya suerte". Lo curioso es que acto seguido me comentaba que este año iba a correr el encierro, como todos los años, con la mejor de sus sonrisas y los ojos llenos de ilusión. 

Un accidente de tráfico, una visita al médico en la que te descubren un cancer terminal, un resbalón en la bañera. Y se acabó. A la muerte no hay que tenerle miedo, porque entonces viviriamos paralizados por el terror. Lo único que no hay que perderle es el respeto. 

Por eso, y aunque suene a gurú barato, aprovecha y vive la vida lo mejor que puedas. No voy a decir esa gilipollez de vive como si no fueses a estar mañana, porque entonces iríamos de un extremo al otro. Pero nunca dejes de ser consciente de que la parca nos vigila y sólo ella sabe cuando va a venir a saludarnos. Lo que quieras hacer hoy, lo que de verdad tengas ilusión por hacer, haz todo lo que esté en tu mano por conseguirlo. Quizás mañana no estés para tener otra oportunidad.

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