De miradas y misterios
Un añito más viejo vuelvo a poner un poco de orden en el blog. He estado rescatando algunos textos antiguos e intentaré compaginarlos con nuevos para publicar con más frecuencia.
Dicen que los ojos son el espejo del alma. Yo tan solo se que hay ojos que hielan, que hipnotizan, que aterrorizan, que enamoran. Lo sé porque los he visto. Y los he mirado, fija y detenidamente. Hasta adentrarme en ellos o sentirme atravesado. Como si fuera un pulso.
Son nuestro punto más sincero porque es el que menos controlamos. Manejamos las muecas con maestría: una falsa sonrisa, una risa condescendiente, un guiño pícaro, una subida de ceja, una sensual caída de pestañas. Pero aaaamigomiosolotuencuentrasleña, los ojos son otro mundo. Los ojos son una puerta a nuestra mente. Tal vez también a nuestra alma y corazón. Pero lo que es seguro es que de una manera instintiva, quizás primitiva, nos hacen comunicarnos con los demás.
Deja tan sólo por un instante de endulzarme los oídos con palabras bonitas, de sobrecargar mi piel con tus caricias; de caramelizar con tu lengua la mía y de ahogarme en el mar de tu aroma y tu perfume. Simplemente quiero que me mires a los ojos, y sabré entonces si de veras me amas.
El
secreto de tus ojos se esconde a plena vista porque no basta con
mirarlos. Hay que adentrarse en ellos y contemplar lo que los mueve.
Deslizarse por el iris y sumergirse en tus pupilas, que me miran al
mirarlas sin despeinarse las pestañas.
El secreto de tus ojos no
es otro sino la llave de tu alma. Alma que conmueve al transcender a lo
más profundo, a conocer lo que atesoras bajo la piel.
El
secreto de tus ojos es cerrar los míos y seguir sintiendo como me clavas
tu mirada. Que me deja paralizado a merced de un recuerdo. Ese es su
secreto, que me miran sin ver y te sueño sin verte.
Y al
despertarme me arremete tu mirada como el mar rompe contra las rocas. Como
el trueno ensordece o el relámpago nos deslumbra en esta noche
tormentosa.
El olor a lluvia trajo consigo la.constatación de
que no somos nadie para la madre tierra. Y que esta noche sin tus ojos
en la penumbra que me rodea no es nada
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